Elaboran un nuevo plástico biodegradable hecho con azúcar y dióxido de carbono
Algunos plásticos
biodegradables podrían en un futuro estar hechos en base a azúcar y dióxido
de carbono, reemplazando los plásticos insostenibles elaborados con petróleo
crudo.
Los policarbonatos de los azúcares ofrecen una alternativa más sostenible que los policarbonatos
tradicionales basados en BPA (bisfenol A), aunque el proceso usa un químico
altamente tóxico llamado fosgeno. Sin embargo, los científicos de la Universidad de Bath han desarrollado, ahora,
una variante mucho más segura y sostenible que añade a la fórmula dióxido de
carbono y azúcar.
El plástico resultante tiene unas propiedades físicas similares a aquellos derivados de productos
petroquímicos, siendo fuerte, transparente y resistente a las rayadas. La
diferencia crucial es que puede ser degradado
de nuevo en dióxido de carbono y azúcar usando encimas de las bacterias que
yacen en la tierra.
El nuevo plástico libre de BPA podría potencialmente
reemplazar los policarbonatos actuales en objetos como los biberones de los bebés o envases
de comida, y ya que el plástico es biocompatible, podría ser usado en
implantes médicos o como matrices en los trasplantes
de órganos.
El doctor Antoine Buchard, investigador y miembro del departamento de química de la
Universidad de Bath, declaró que: “Con una población en constante crecimiento,
hay una demanda incrementada por el
material plástico. Esta nueva formulación es una alternativa renovable a
los polímeros basados en combustibles fósiles, potencialmente más barato y,
como es biodegradable, no contribuirá a
la proliferación de residuos en los océanos y en los vertederos”.
Además, añadió que: “Nuestro proceso usa dióxido de carbono
en vez del altamente tóxico fosgeno químico, y produce un plástico que es libre
de BPA, de tal forma que no solamente el
plástico resultante es más seguro para la salud, si no que su producción es más
limpia”.
El doctor Buchard y su equipo del Centro de Tecnologías
Químicas Sostenibles, publicaron su trabajo en una serie de artículos en la
revista Polymer Chemistry.
En particular, utilizaron la naturaleza como fuente de
inspiración para el proceso, utilizando un azúcar encontrado en el ADN llamado timidina como bloque de construcción
para hacer un plástico original de policarbonato que tiene mucho potencial.
La estudiante de doctorado y autora líder de los artículos, Georgina Gregory, explicó: “la timidina
es una de las unidades que forma el ADN. Debido a que ya está presente en el
cuerpo, significa que este plástico es biocompatible
y puede ser usado de forma segura para la aplicación en ingeniería de tejidos”.
Otra de los beneficios que destacó Georgina Gregory es la versatilidad
de la composición de este material: “Las propiedades de este nuevo plástico
pueden ser modificadas mediante el cambio de la estructura química -por ejemplo,
podemos hacer plástico con cargas positivas para que las células puedan
adherirse, haciéndolo útil como matriz para la ingeniería tisular”.
Los investigadores también han indagado en el uso de otros
azúcares como la ribosa y la manosa. El Dr Buchard añadió: “Los expertos
tienen 100 años de experiencia usando petroquímicos como material crudo de
manera que necesitamos empezar de nuevo usando materia prima renovable como los
azúcares para hacer la base de materiales sintéticos pero sostenibles. Es aún temprano,
pero el futuro se ve prometedor”.
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