Por un Mediterráneo libre de plásticos
La proliferación
de los productos hechos con plástico
en los últimos 70 años ha sido extraordinaria. Tanto el plástico como
sus distintas variedades se empezaron a gestar
en los años 30 y 40 pero su comercialización
masiva no llegó hasta el 1950.
Sus variadas aplicaciones y utilidades han provocado que la tendencia haya ido in crescendo, hasta llegar a un punto en
el que parece que nos hayamos convertido en plástico-dependientes. A las cifras nos remitimos: a día de
hoy, la producción de plástico llega
casi a los 300 millones de toneladas
cada año, la mitad de la cual se dedica a la fabricación de objetos de un solo uso.
Las mismas cualidades
que han hecho el plástico tan popular (es barato
de fabricar, increíblemente versátil
e ideal para muchas y distintas aplicaciones)
han acabado convirtiéndolo en un grave
problema. Un problema de abasto medioambiental
que afecta todos los rincones del planeta.
Los estudios más recientes realizados en los océanos indican
que cada año se vierten entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas de plástico.
Concretamente, en el mar Mediterráneo,
se ha calculado que existe una densidad
de plásticos de un residuo por cada cuatro metros cuadrados, un dato que es
homologable al de las zonas de más
saturación del planeta, localizadas en el océano Pacífico y comúnmente denominadas “Sopas de plástico” o
“Gran manchas de basura”.
Los datos son alarmantes. Entre un 21% y un 54% de los residuos
microplásticos de todo el mundo están acumulados en la cuenca mediterránea, contando, además, que el 96% de estos fragmentos se encuentran en la superficie del agua.
Esto provoca que la mayor parte de la recogida de basura que se hace en el mar
sea de plástico (72%).
Estos datos están extraídos del informe “Un Mediterráneo lleno de plástico. Estudio sobre la contaminación por plásticos, impactos y soluciones”,
presentado por Greenpeace en el marco de la campaña internacional con el lema “Menos plástico, más Mediterráneo”.
Con ella, se pretende concienciar y arrojar luz a una
problemática global que tiene severos efectos en nuestra costa. No sólo se
trata de hacer un claro diagnóstico
del conflicto, sino de sumar esfuerzos
con autoridades y colectivos sociales para proponer soluciones de forma urgente. Elvira Jiménez, responsable de la campaña,
indicó que, si bien el reciclaje es uno de los factores necesarios para atajar
las dificultades, “el problema de los plásticos es tan grande y extenso que no
basta solo con reciclar. Hay que cerrar el grifo del plástico y optar
fuertemente por la reducción y la reutilización. La responsabilidad no pasa
solo por los consumidores. Las empresas que producen estos productos y los
políticos que legislan a estas empresas deben actuar y apostar por la
innovación y las alternativas”.
La campaña de Greenpeace dio el pistoletazo de
salida con la movilización de su buque insignia, el Rainbow Warrior, el día 8
de junio, y seguirá hasta el día 18 en ruta por Valencia, Mallorca y Barcelona
combinando el recibimiento de autoridades, periodistas, políticos y otros
colectivos (jornadas de puertas abiertas) con actos como el concierto que
tendrá lugar en Barcelona en el que participarán Annie B Sweet y Noni de Lori Meyers.
Os recordamos que mediante el sistema de recompensas de R3think podéis canjear los envases que recicléis en las estaciones por Yellow Puntos, que, a su vez, os servirán para optar a descuentos o hacer donativos a ONG como Greenpeace, Save the children, Médicos sin fronteras, el Banco de Alimentos o Unicef. Encontraréis más información en nuestra web.
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