El cambio climático podría transformar una de las regiones más secas de África en una de las más húmedas

El calentamiento global está normalmente relacionado con las olas de calor y las altas temperaturas. Sin embargo, una reciente investigación publicada en la revista Earth System Dynamics, ha desvelado unos patrones climáticos muy diferentes que podrían presentarse en una de las regiones más secas de África: el Sahel. Esta área, proclive a sufrir la extrema sequía, se extiende a lo largo de múltiples países y está considerada como una zona transicional entre el desierto del Sahara y regiones más húmedas del sur. No obstante, el cambio climático podría desencadenar un cambio de circulación del monzón, atañendo la región.

Región del Sahel


Una situación invertida

El Sahel se extiende desde el este del océano Atlántico hacia el Sudan. Según los registros, ocho meses del año, como mínimo, son secos, y en la estación húmeda las precipitaciones no superan los 0,2 metros cúbicos de agua. Una cantidad nimia. Esta tendencia podría revertirse si las temperaturas superan los 1,5-2 grados centígrados -límite de aumento de la temperatura global marcado en el Acuerdo de París-, según Jacob Schewe del Instituto Potsdam por la Investigación del Impacto Climático y Anders Levermann del Observatorio de de la Tierra Lamont-Doherty(LDEO) de la Universidad de Columbia.

Docenas de simulaciones por ordenador muestran que esta región africana sería afectada por el cambio climático provocando su humidificación. Los científicos elaboraron el escrutinio de las simulaciones centrándose en el mayor incremento, que contempla un aumento de entre el 40% y el 300% de lluvia. Identificaron un mecanismo auto-amplificador que podría intensificar lo que Jacob Schewe denomina como “el monzón de Sahel”, a medida que el agua se evaporara desde los océanos por las altas temperaturas y luego fuera arrastrada por el viento hasta caer en la zona.

Sequía en el Sahel


Esperanza moderada

Las regiones que se encuentran en los alrededores del Desierto de Sahara como Mali, Níger y la República de Chad podrían sufrir fuertes lluvias estacionales, llegando a registrar los niveles que hoy en día tienen las partes centrales de Nigeria o el norte de Camerún. Las precipitaciones podrían ofrecer beneficios para el Sahel, logrando un clima tropical que sería rico en vegetación. Eso sí, ambos científicos remarcan que adaptarse a un clima alterado podría ser difícil para la región, algunas áreas de la cual han estado superando un periodo de inestabilidad y de guerra.


En unas declaraciones, Anders Leverman dijo, “…el Sahel podría experimentar años de dificultades debido a la alta variabilidad entre las sequías y las inundaciones. Obviamente, la agricultura y la infraestructura tendrán que cubrir este desafío. Por muy esperanzador que pudiera parecer que la seca región del Sahel tuviera mucha más lluvia, la dimensión del cambio reclama atención urgente.” 

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