Desarrollan un plástico 100% biodegradable a partir de restos de pan y bollería

Bread4PLA, acrónimo de “pan para plástico”, inicia su actividad en el año 2010 con la meta de conseguir un polímero plástico, respetuoso con el medio ambiente, reciclando restos de pan de molde y bizcochos. Siete años después, su idea ha llegado a buen puerto y han conseguido el reconocimiento internacional gracias a la acción conjunta de AIMPLAS -el Instituto tecnológico del Plástico de Valencia-, el CETECE -Centro Tecnológico de Cereales de Palencia-, ATB -el Instituto de Agricultura de Alemania- y el Biocomposites Centre de la Universidad de Bangor del Reino Unido.

Un producto degradable y compostable


La iniciativa de Bread4PLA se basa en la producción de envases de un tipo de plástico biodegradable y compostable, elaborado a partir de restos de pan -como cortezas o residuos de bizcochos-. Su aplicación estaría especialmente indicada para envasar productos de panadería y bollería ya que, además de las beneficiosas propiedades para el medio ambiente, evitaría que los productos como pastas o mantecados se enranciaran. Asimismo, se ha conseguido otorgarles una vida útil de hasta 12 meses.



Gracias a la fermentación de cortezas y restos de pan de molde y bizcochos, se puede obtener ácido poliláctico (PLA), un polímero empleado en la producción de envases y otros productos de plástico. Hasta ahora, se conseguía a partir de los azúcares de maíz o de la caña de azúcar.

Cabe destacar que, si bien la mayoría de productos son biodegradables por la acción de agentes biológicos en condiciones ambientales naturales, lo realmente importante es el tiempo requerido para su degradación. En este sentido, la compostabilidad de estos envases permite que el material se biodegrade en un periodo de tiempo relativamente corto y que se haga sin dejar residuos visibles ni tóxicos.

Dificultades para su implantación


Aunque se ha demostrado que el tratamiento y recuperación de los residuos provenientes de las panaderías para fabricar estos envases es totalmente factible, el problema surge en su traslación a la gran escala. En unas declaraciones hechas a la cadena SERRosa González, investigadora líder del proyecto y miembro del Instituto del Plástico de Valencia, afirmaba que “los procesos a escala industrial son altamente productivos, requiriendo elevadas cantidades de residuos para poder llevar a cabo el proceso. Además, la logística no está preparada para recoger la cantidad de un mismo residuo suficiente como para llevarlo a la planta donde se fermenta y conseguir el ácido láctico”.



Pese a que la investigación ha dado unos resultados que demuestran la viabilidad de su tesis, los científicos han asumido que su aplicación al mercado, a corto plazo, es altamente improbable: “Técnicamente es posible. Si algún día la gestión de residuos se puede organizar de otra manera, intervienen organismos públicos que faciliten esa recogida y transporte… a lo mejor en el futuro sí se puede trabajar más en esa línea”.


El proyecto Bread4PLA, ganador de un galardón Green Award en la categoría de medio ambiente, ha conseguido la financiación gracias al programa LIFE que otorga la Comisión Europea, distinguiéndola como una de las 15 mejores iniciativas en concurso de los últimos 25 años.

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